martes, 19 de abril de 2011

Dos cementerios y dos realidades

Son las cuatro de la tarde. Me encamino a la salida a la realidad. Hasta ese momento, los vagones de la primera línea del metro, la voz ombligofónica que anuncia las paradas, el airecito acondicionado, todo parece traído de otra metropolí.

Aquí estoy, entre La Fe y Villa Juana. Me encamino por la Pedro Livio, unos árboles bloquean mi paso, una %$·$&% de perro, dos locos que tienen más "cota" que piel y de repente se abre una nueva realidad.

Sólo al cruzar la calle, a unos pocos metros de mi calzada otro cementerio. Este, el mío, lleno de cruces, pabellones asimétricos, paredes rotas, desorden a granel y el otro, el de la estrella de David, bien cuidado, organizado, con paseo central entre los deslindes y flores. Dos cementerios como la vida... tan lejos y tan cerca... como las realidades económicas de mi pais, como el metro y el concho.

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